jueves, 29 de octubre de 2009

Jose

Entré a la casa de fiestas aún sorprendida por el llamado de Jose, pero estaba tan apurada por ver si Juan Pablo no había por casualidad decidido ir que me olvidé de eso al rato.

El clima era tremendamente extraño para mi historial de fiestas-tipo-bailecito-de-club-o-bolichongo: Al entrar me pidieron la "contraseña" que quienes me vendieron la entrada (recuerdo: el grupo de autodenominados "freaks" del call center) me habían dicho que me pedirían. Me sentí un poco tonta diciendo "saxofones" a un mono grandote y con cara de pocos amigos pero asi pude pasar.

La casa era antiquísima, no se de dónde habría salido un lugar asi en medio de la ciudad pero le daba un clima a la situación que me hacia sentir en medio de una peli de esas de pandillas adolescentes. Tenía tres pisos y en cada uno de ellos distintos grupos bailaban distinta música.
Paneo general: Era verdad que Juan Pablo no asistiría. Makela había ido con una pollera más corta de lo habitual y había tomado lo habitual para esa hora, por lo que estaba semiborracha. Había gente con capas de vampiro, camisas con volados de esos tipo edad media, chicas con cuernitos de diablo en la cabeza, muchachos con borcegos gigantescos, gente con pelucas fluo y una banda muy loca (para mi estereotipada mente) tocando en el tercer piso.

Mica aún no había llegado, Makela había conseguido ya un muchacho que la entrenga, y yo me preguntaba qué sería de esa noche que recién arrancaba y de la que ya no tenía mucha salida, porque el último tren al conurbano se había ido y el primero salía a las 5 de la mañana.

Me senté contra una pared y Jose se me vino a la cabeza: Si venía, había ahí una salvación. Lástima que yo esperaba a Juan Pablo, y estaba con ganas de una noche de abrazos y mimos y no de charla con un frustrado ex de una amiga, pero al menos algo era algo y siempre era mejor que aburrirme sóla.
Cuando hacía ya media hora que había llegado y aún no había conocido ni UNA canción de las que pasaban, ya florecía el mal humor.

En ese momento, cuando empezaba a no esperar nada de la noche y dibujaba garabatos en la mugre del suelo, levanté la mirada para distinguir una figura grandota, muy grandota, que traspasaba la puerta diciendo la contraseña, envuelta en un sueter de muchos colores. Y en ese momento, cuando empezaba a no esperar nada de la noche ni de nada de nada, levanté la mirada y yo... yo me morí.

No me pregunten qué pasó, porque es al día de hoy que no se explicarlo y el recuerdo se me inunda de una sensación de no entender que me invadió en esa casa extraña.
Pero de repente Jose se abría paso entre la gente y yo por primera vez en la vida me daba cuenta de lo hermoso que era ese chico que de un sólo abrazo podía abarcarme entera y al que hasta hacía media milésima de segundo solamente admiraba por sus escritos.

Caminó directamente hacia mi y cuando me saludó olía a incienzo y misterio, como siempre.

¡Hola Tania! ¿Estás contenta? ¡Al fin llegó el día!


Hola Jose... si, no se porqué estoy contenta, pero de repente estoy feliz, y vos seguís con eso de los días! ¿Qué día llegó? ¿Me podés explicar?


No no, si bien llegó el día aún no es el momento. Pero mirá, te traje algo, dijo, sacando del morral un paquete antes de que empezara con mi sermón de que no era justo...

"Los viajes de Gulliver", en una edición de tapas duras verdes y bordó. Miraba el libro con mucha ilusión y me lo extendía en medio de esa noche rara, de canciones que seguía sin poder distinguir, y de unas ganas infernales de que el ex frustrado de mi amiga me acariciara las mejillas con esas manos enormes que tenía.

Realmente solamente recuerdo estar como mareada pero no de sentirme mal, sino como envuelta en un bálsamo o algo así... suena berreta pero es lo que recuerdo, y a la vez, nadie nunca me había regalado un libro tapas duras en medio de una fiesta.

"Estuve buscando mucho esta edición porque era este el que quería regalarte, por eso tardé un poco más. Dale, abrilo".

Cuando abrí la tapa del libro, en el lugar de la dedicatoria, un papelito de esos stick amarillo escrito con su letra de patas de araña decía "Tania: Todo viaje comienza con una mirada." Jose.

En ese momento que podría deducir como el de mayor sorpresa y mareo, levantó todo su cuerpo y yo lo miré como diciendo "No me digas que viniste a traerme un libro y te vas porque te mato... y me muero..."

¿Te vas?
Le dije con lo poco que podía hilar de vos en medio de la sensación esa.

No Tan, solamente me voy a esperar que sea el momento. En algún momento de esta noche nos vamos a encontrar en medio de una canción que nos guste a los dos, y de ahí en adelante, vamos a tener todo el tiempo del mundo para estar juntos. Falta poco. Ya nos vemos.

No podía entender nada pero nada, y en medio de ese mareo con sabor a dulzón y embrujo lo vi perderse entre disfraces y sonidos extraños.

sábado, 24 de octubre de 2009

Jose y jose

Antes de poder insertarme en lo que sería "un trabajo profesional", trabajé de muchas cosas que en algún momento contaré. Pero lo que viene a la historia es que en esas épocas trabajaba en un call center. Trabajaba horas y horas, recuerdo que nos pagaban 1,93 la hora por lo que teníamos que hacer muuuuchas para sacar una "quincena" decente.
Comencé haciendo eso como segundo trabajo los fines de semana, para juntar plata para que Marcos, mi hermano, fuera a la facu en épocas de vacas flacas.

La cuestión es que esa época de mi vida había sido muy particular. El microcosmos de un call center es dificil de entender si no se ha vivido, pero era una mezcla de amigovios con verano del 98 muy bizarro.

En esos días mi "reciente" amiga laboral Mica estaba saliendo con un chico que no le gustaba, pero que la hacía pasar el rato y encima vivía cerca del call lo que le daba a ella un lugar dónde aguantar cuando salía de trabajar, o cuando debía entrar de madrugada.

En la eterna rotación de gente que iba y venía, que entraba y renunciaba, un día José llego al call. Y se sentó al lado de Mica, y empezó la histeria, pero a Mica no le gustó.
José era diferente. José era un chico bien de Belgrano, hijo de una familia de abogados, con mucha plata. José no necesitaba ese trabajo berreta, pero estaba ahí para sentirse rebelde por un rato. José era grandote, muy grandote, demasiado grandote, y tenía un aire a misterio que lo hacia especial.
José hablaba 4 idiomas: Inglés, Francés, Alemán y Latín, y escribía como los dioses.

Mi amiga Mica suspiraba por su cultura pero no salía ni a tomar el cafe que él siempre le ofrecía. Yo estaba, en esos momentos, perdida pero bieeeeen perdida por Juan Pablo, asi que solamente jugaba en esa historia el papel de "La amiga de", o sea, la amiga de Mica, que histeriqueaba con Jose, salía con Rober y amaba escondidamente a Joaco.

Jose siempre me pasó inadvertido como muchachote, recordando solamente que me encantaba como escribía y que envidiaba sanísimamente a mi amiga Mica cuando recibía sus notas llenas de una poesía sin igual. A mi nunca me llegaban esas cosas.

La cuestión es que un día Jose entró a internet desde la máquina del call, lo que estaba total y terminantemente prohibido, y así como así lo echaron. De un día para el otro, sin chance siquiera de despedirse. Los días pasaron y el hecho para mi no significaba nada más que la típica pena de que la barra se quedaba sin uno de sus cuates, pero estábamos acostumbrados a la rotación y lo vivimos como tal.
La semana siguiente me apareció una invitación en el messenger de una dire que desconocía pero me sonaba familiar. Al aceptarla, vi que el nick era "Augensblick".
Lo acepté y me di cuenta con el saludo de que era Jose, y que el mail me parecía familiar por las veces en las que Mica me mostraba sus escritos.
Nos pusimos a charlar y cuando le pregunté el porqué de su nombre me tiró un "ya vas a saber" que pasé inadvertido, y seguimos charlando y charlando.

No se cuando fue o cómo que empezamos a decir que teníamos que vernos.
Juro que NUNCA pero NUNCA pensé en nada similar a onda con Jose, en ese momento mi cabeza y mi corazón enteros solamente tenían lugar para Juan Pablo así que le dije que si, que como no y ahí quedó. El tiempo pasaba y nos colgábamos cada vez más hablando, charlando, filosofando. Le mostré mis escritos y me sentí bien cuando el que para mi era un nobel de la literatura me dijo que pensaba que escribía bien.
De a ratos decíamos "tenemos que vernos", y el terminaba respondiendo "ya llegará el momento" "todavía no, aún no es el día". Yo me lo tomaba como sus respuestas pintorescas y tampoco me hacía demasiado problema, que es lo que pasa cuando uno tiene todas las expectativas puestas en otro lado.

Una tarde había ido a lo de mi tía a Floresta, y luego ellos me llevaban a una fiesta a la que nos habían invitado los "freak" del call center. En el viaje me suena el celular, con un teléfono que no conocía.


-¿Hola Tania?-

-Si, ¿Quién habla?-

-Habla Jose.-

-¡Hola Jose! ¡Qué linda llamada! ¿Cómo conseguiste mi teléfono?-

-Lo conseguí porque tenía que ser así.¿Estás yendo a la fiesta, no?-

-Si, ¿Cómo sabés?-

-Porque yo estoy yendo para allá también. Llegó el momento Tania. Hoy es el día.-

martes, 20 de octubre de 2009

Mi vida

Creo que arrancar haciendo un paneo de generalidades puede contextuar bastante bien. Deformación profesional le dicen, aunque aún no sea profesional.
Tengo 26 años. Estudio en la UBA hace 8 y le peleo duro (me viene ganando).
Mi familia está compuesta por mamá, papá y hermano menor. Mi mamá es docente jubilada, mi papá desocupado depresivo y mi hermano adolescente malcriado. Y yo... yo soy Tania y sería obstinada convencida.
Viví toda mi vida en el conurbano bonaerense, y trabajé desde los 20 en Capital, cuando se me juntaron lejos la facu y el trabajo y empecé a soñar con mudarme pero era imposible por las cosas que todos sabemos y podemos resumir en dinero y falta de oportunidades para conseguirlo.
La mudanza tan deseada llegó el año pasado (no de la mejor manera posible por cosas que ya contaré), pero puedo decir que logré vivir sóla... por 3 meses.
Porque un día volví de un viaje de trabajo y mi hermano vivía conmigo. Si, así como lo leen, creí que había venido a visitarme pero no: Se había instalado en el living. Eso fue en enero y aún no se va, pero esa también es otra historia.

Tengo un muy buen trabajo. No porque gane mucha plata, ni ahí, pero si porque tengo tremendo cargo para la edad que tengo, y mucha gente dice que "prometo". Se lo cree todo el mundo menos yo: También tengo serios problemas de autoestima.
La cuestión es que el trabajo casi casi que me consume la vida, y en parte de eso también va este blog. Saliendo de tener ganas de contar las cosas que me pasan encontré en el mundo de los blogs algo que hacer a la noche que me permita desconectar del trabajo, y de tanto disfrutar leyendo historias y ver lo copado de que otros te den su punto de vista es que me fueron dando muchas ganas de contar la mía.
La verdad es que no tengo ni idea cómo hacer para que otros conozcan este blog, ni mucho de la movidita esta, pero supongo que ya aprenderé.

Para masomenos culminar con la presentación general en todos sus aspectos podría decir que no tengo novio, pareja, ni perro que me ladre. Hace 3 años, lo que no es menor. La excusa más frecuente que estoy escuchando va desde el "sos demasiado para mi" hasta el "muy inteligente" y esas boludeces de las que hay cientos de blogs iguales dado que cientos de mujeres lo padecemos.

Y por último, lo que viene agregado como una característica más que ya asumí y es para mi tan usual como los dolores de espalda y la histeria de los hombres es que escucho voces desde hace 6 años.
Y no, no estoy loca, no. Si bien fue un largo recorrido hasta asumirlo, ya pasé por neurólogos, psiquiatras, psicólogos, estudios médicos y demases y he confirmado que no se trata de un raye mio.
Algunas personas son daltónicas, otras hacen cálculos matemáticos en segundos con una exactitud increible y yo escucho voces de gente que no está conmigo. No siempre es gente que falleció, otras veces son "ángeles", otras "espíritus".
A veces me dicen cosas que van a pasar.
A veces quieren comunicarse con gente que quedó en la tierra.
A veces simplemente están hablando y como no lo manejo demasiado soy como una radio que lo capta.
Es parte de mi, ya lo tengo internalizado y eso es todo.

Y todo eso comenzó hace 6 años, cuando conocí a jose.

lunes, 19 de octubre de 2009

Acá estoy

Hoy empiezo este nuevo blog. Realmente el título no pareciera decir demasiado, pero realmente esto no es más que eso: Las cosas que me pasan.
No encuentro motivo racional por el cuál querer contarlas, pero siento la necesidad de hacerlo, y por lo general suelo hacer todo lo que tengo ganas.
Cuando digo cosas que me pasan es porque pienso que uno es uno y ellas, por lo tanto son lo que hay, son lo que soy, aunque a veces no pueda parecer demasiado creible.
No pretendo sumar lectores a lo loco.
Ni quiero hacerme conocida, porque nunca podría develar mi identidad si no quiero terminar en un loquero o perder lo que pude ir cosechando.
No espero ni aspiro a que me toque la varita mágina y un día sacar una película, libro, ni nada de eso porque ya se lo que quiero de mi vida y no va por ese lado.
Pero si quiero tener registro de lo que me pasa y que esté ahí, que esté acá, a modo de catarsis, de historia, de narración, de relato, de lo que sea pero en serio que necesito contarlo. Necesito compartirlo. Necesito saber si del otro lado hay alguien o alguienes a quienes les suene conocido, que ya lo hayan vivido y de quienes poder aprender.
Porque como dice mi mejor amigo, una de las cosas más fascinantes de la vida es ir por el mundo conociendo gente y aprendiendo de ella.

Pero bueno, en fin.

Hoy empiezo este blog diciendo

que yo soy Tania

que tengo una meta que es mi proyecto de vida totalmente definido de acá a 10 años

que considero que la vida no me es nada fácil pero es hermosa y apasionante

y que soy Medium. Y aunque este blog no vaya a girar en torno a ese tema, es otra de las cosas que me pasan.

Soy Tania, quiero cambiar el país y tengo un proyecto a 10 años, y escucho a gente que ya no está e intento ayudar a otros con eso.

(Pueden hacer el chiste gastado, pero no, I dont see dead people. I can hear them)

Un gusto haber comenzado.

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